La costa de Suances abarca desde la playa de El Sable hasta el tramo final de la ría de San Martín de la Arena. Entre ambos espacios se sitúa la ensenada de Cabrera, resguardada por una línea de acantilados entre los que destacan la Punta y alto del Dichoso, frontera al occidente de la desembocadura de la ría. Allí aparece un elemento geográfico de poca altura, con roca escabrosa, caliza, y muy árida, de cumbre redondeada, a la que se ha denominado Roca Blanca, unida a tierra firme a través de un paso estrecho de tierra baja.
Calizas cretácicas dominan la península en la que se encuentran las Puntas Ballota y el Dichoso, donde se puede encontrar un amplio abanico de ejemplares típicos de la costa cantábrica: Conchas marinas, esponjas, cnidarios y cntenóforos, gusanos, moluscos, crustáceos, insectos, arácnidos, lofoforados e incluso algún equinodermo como los erizos de mar, así como algas y musgos de distintas especies. Este tipo de flora es muy variada y numerosa en toda la costa de Suances, diferenciándose según la zona en la que prolifera. Otro tipo de especies, más asociadas a los acantilados y apreciadas por sus propiedades medicinales son el llantén marino y el llantén estrellamar, que también se pueden hallar en las partes más escarpadas de las áreas costeras, así como lavanda marina. De otro lado, en la Punta del Dichoso se puede apreciar un vértice geodésico denominado Garita.
En cuanto a la Ría de Suances o de San Martín de la Arena, confluye a dos kilómetros a 250 grados geográficos de la Punta del Cuerno y es navegable hasta Requejada. Se trata del estuario de un curso alimentado por los ríos Saja y Besaya, que confluyen a la altura de Ganzo (Torrelavega). La boca de la Ría queda totalmente abierta al norte y solamente la Roca Blanca, el Torco de Afuera y de Adentro le resguardan por el oeste y noroeste, provocando una barra cuyo agua forma una rompiente continua. La flora que se encuentra en este área son los típicos de las marismas, como el carrizal, así como diversos helechos de roca, entre ellos el cabello de Venus y el antojil, y numerosos castillos rocosos de brezos.
Más al oeste, en el Paredón de San Telmo, situado entre las playas de Santa Justa y la del Sable, en Tagle, destaca una resistente flora, capaz de soportar los vientos de la costa y aprovecharse del agua salada para crecer, como el salvio, la angélica pachicarpa, el limonium binervosum, el llantén de mar o el cenoyo de mar y la armenia de mar.
En la misma localidad, pero en los acuíferos, como el humedal denominado Santecilla se pueden encontrar diversas especies de achilea o hierba del carpintero, manzanilla, orégano, muérdago, malva, nabo silvestre, berro, cardo, campanilla, fumaría o capa de reina, ortiga, cuajaleches, amapola, llantén, rabanizas y paniegas, as de trébol, triaca, ballota, arzolla y la beza.
La amplia variedad de flora que impregna el municipio se completa con los árboles monumentales, como el pinsapo, una conífera originaria de las sierras del sur de España, con un tronco gigantesco de un perímetro de 2,4 metros, que se encuentra en una finca junto a la carretera general de Hinojedo.
En cuanto a la fauna, lo más característico son las aves, predominando en la zona costera especies como el colirrojo tizón, el cormorán moñudo e incluso el paso de alcatraces. Los tramos de marisma de la ría de San Martín están poblados por ejemplares de marisma como la gaviota patiamarilla, las garzas, etcétera. Y más en el interior se pueden avistar colibrís, verderones, mirlos, estorninos negros, lúganos y pardillos, verdecillos, pinzones, petirrojos, currucas, carpinteros, mosquiteros, patos, gorriones, golondrinas, jilgueros, herrerillos, alondras, zorzales, etc.
El último apunte de la fauna tiene que ver con la caza, ya que Suances está comprendido dentro de la comarca cinegética de la Costa Central de Cantabria.